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Israel comparado a una vid inútil

15 El Señor se dirigió a mí, y me dijo:

«¿En qué es mejor el tronco de la vid
que la madera de los árboles?
Su tronco no sirve para nada,
¡ni siquiera para hacer una percha!
No sirve más que para leña.
Y cuando el fuego ha quemado las puntas
y el centro está hecho carbón,
¿para qué puede servir?
Si cuando estaba entero
no servía para nada,
¡menos ahora que está quemado
podrá servir para algo!

»Por eso yo, el Señor, digo:
Así como al tronco de la vid
se le echa en el fuego para que arda,
así también echaré en el fuego
a los habitantes de Jerusalén.
Yo me declararé enemigo de ellos.
Escaparán de un fuego,
pero otro fuego los devorará.
Y cuando yo me declare su enemigo,
ustedes reconocerán que yo soy el Señor.
Convertiré su país en un desierto,
por haberme sido infieles.
Yo, el Señor, lo afirmo.»

Infidelidad de Jerusalén

16 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Tú, hombre, hazle ver a Jerusalén las cosas tan detestables que ha hecho. Dile: “Esto dice el Señor: Por lo que toca a tu origen, tú, Jerusalén, eres cananea de nacimiento; tu padre fue amorreo y tu madre hitita. El día en que naciste no te cortaron el ombligo, ni te bañaron, ni te frotaron con sal, ni te fajaron. Nadie tuvo compasión de ti ni se preocupó de hacerte esas cosas. El día en que naciste, te dejaron tirada en el campo porque sentían asco de ti. Yo pasé junto a ti, y al verte pataleando en tu sangre, decidí que debías vivir. Te hice crecer como una planta del campo. Te desarrollaste, llegaste a ser grande y te hiciste mujer. Tus pechos se hicieron firmes, y el vello te brotó. Pero estabas completamente desnuda.

»”Volví a pasar junto a ti, y te miré; estabas ya en la edad del amor. Extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu cuerpo desnudo, y me comprometí contigo; hice una alianza contigo, y fuiste mía. Yo, el Señor, lo afirmo. Y te bañé, te limpié la sangre y te perfumé; 10 te puse un vestido de bellos colores y sandalias de cuero fino; te di un cinturón de lino y un vestido de finos tejidos; 11 te adorné con joyas, te puse brazaletes en los brazos y un collar en el cuello; 12 te puse un anillo en la nariz, aretes en las orejas y una hermosa corona en la cabeza. 13 Quedaste cubierta de oro y plata; tus vestidos eran de lino, de finos tejidos y de telas de bellos colores. Te alimentabas con el mejor pan, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa: te convertiste en una reina. 14 Te hiciste famosa entre las naciones por tu belleza, que era perfecta por el encanto con que te adorné. Yo, el Señor, lo afirmo.

15 »”Pero confiaste en tu belleza y te aprovechaste de tu fama para convertirte en una prostituta, entregando tu cuerpo a todo el que pasaba. 16 Con tus vestidos hiciste tiendas de culto pagano en las colinas, y te prostituiste en ellas. 17 Tomaste las joyas de oro y de plata que yo te había regalado, e hiciste figuras de hombres para prostituirte con ellos; 18 les pusiste tus vestidos de bellos colores y les ofreciste mi aceite y mi incienso. 19 El pan que yo te había dado, que era de la mejor harina, y el aceite y la miel con que yo te había alimentado, se los ofreciste a ellos como ofrenda de olor agradable. Yo, el Señor, lo afirmo.

20 »”Tomaste también a los hijos e hijas que tuve contigo, y los sacrificaste a esos ídolos como alimento para ellos. ¿Te parecía poco haberte convertido en prostituta, 21 que además sacrificaste a mis hijos entregándolos a morir quemados en honor de esos ídolos? 22 Con tu detestable vida de prostituta ya no te acuerdas de cuando eras niña y estabas completamente desnuda, pataleando en tu propia sangre.

23 »”Esto afirmo yo, el Señor: ¡Ay de ti! Además de todos los males que hiciste, 24 te construiste en todo sitio despejado un lugar donde dar culto a los ídolos y entregarte a la prostitución. 25 Al término de todo camino construiste tales lugares, y convertiste tu belleza en algo detestable ofreciendo tu cuerpo a todo el que pasaba, en continuos actos de prostitución. 26 Practicaste la prostitución con tus vecinos, esos egipcios de gran potencia sexual, y provocaste mi ira con tus continuos actos de prostitución.

27 »”Entonces levanté la mano para castigarte: te hice pasar privaciones y te entregué a las ciudades filisteas, que te odian y que estaban disgustadas por tu conducta vergonzosa. 28 Pero no contenta con eso, te entregaste a la prostitución con los asirios; y ni aun así quedaste satisfecha. 29 Y seguiste entregándote a la prostitución en Babilonia, tierra de comerciantes; y ni aun así quedaste satisfecha. 30 Yo, el Señor, afirmo: ¡Qué enfermo tenías el corazón para cometer todos esos actos propios de una prostituta desvergonzada! 31 Al término de todo camino y en todo sitio despejado, te construiste un altar donde dar culto a los ídolos y entregarte a la prostitución. Pero tú no te portabas como las prostitutas: ¡tú no cobrabas!

32 »”La mujer que es infiel a su marido, recibe a extraños. 33 A toda prostituta se le da una paga; pero tú eras más bien la que dabas regalos a todos tus amantes y les pagabas para que vinieran de todas partes a pecar contigo. 34 En tu prostitución has hecho lo contrario de lo que hacen otras mujeres: nadie te busca para pecar, ni ellos te pagan a ti, sino que tú les pagas a ellos. ¡Sólo en eso eres diferente!

35 »”Por eso, escucha, prostituta, mi palabra: 36 Yo, el Señor, te digo: Tú has descubierto desvergonzadamente tu cuerpo para entregarte a la prostitución con tus amantes y con todos tus detestables ídolos, y has derramado la sangre de tus hijos que ofreciste en sacrificio. 37 Por eso, yo voy a reunir a todos los amantes que has complacido, a todos los que amaste y a todos los que odiaste; los reuniré alrededor de ti, y delante de ellos descubriré tu cuerpo para que te vean completamente desnuda. 38 Te juzgaré por adulterio y asesinato, y con ira y celo te entregaré a la muerte. 39 Te dejaré en manos de ellos, para que destruyan tus lugares de prostitución y de culto a los ídolos. Te arrancarán tus vestidos y tus magníficos adornos, y te dejarán completamente desnuda. 40 Levantarán al pueblo contra ti, te apedrearán y te matarán con sus espadas. 41 Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán la sentencia contra ti delante de muchas mujeres. Pondré fin a tu prostitución, y no volverás a pagar más a tus amantes. 42 Entonces mi ira contra ti quedará satisfecha y mis celos se calmarán; me tranquilizaré y ya no estaré enojado. 43 Tú te olvidaste de cuando eras joven, y me irritaste con todas tus acciones infames y detestables; por lo tanto, yo te castigaré por esa conducta tuya. Yo, el Señor, lo afirmo.

De tal madre, tal hija

44 »”Todos los amigos de decir refranes, dirán refiriéndose a ti: De tal madre, tal hija. 45 Tú eres hija de una madre que odiaba a su marido y a sus hijos, y también tus hermanas odiaban a sus maridos y a sus hijos. La madre de todas ustedes era hitita, y su padre, amorreo. 46 Al norte estaba tu hermana mayor, la ciudad de Samaria, con sus aldeas; al sur, tu hermana menor, la ciudad de Sodoma, también con sus aldeas. 47 Y tú seguiste su ejemplo y cometiste sus mismas acciones detestables. Y no satisfecha con esto, tu conducta fue peor que la de ellas. 48 Yo, el Señor, lo juro por mi vida: ni tu hermana Sodoma ni sus aldeas hicieron lo que tú y tus aldeas han hecho. 49 Éste fue el pecado de tu hermana Sodoma: ella y sus aldeas se sentían orgullosas de tener abundancia de alimentos y de gozar de comodidad, pero nunca ayudaron al pobre y al necesitado. 50 Se volvieron orgullosas y cometieron cosas que yo detesto; por eso las destruí, como has visto. 51 En cuanto a Samaria, no cometió ni la mitad de tus pecados. Tú has hecho más cosas detestables que ellas; tantas que, a tu lado, ellas parecen inocentes. 52 Tú tendrás que soportar tu humillación, pues al cometer pecados más detestables que tus hermanas, las hiciste parecer inocentes. Tú tendrás que sufrir esa vergüenza y soportar tu humillación, pues hiciste parecer inocentes a tus hermanas.

53 »”Yo devolveré la prosperidad a Sodoma y Samaria, y a sus aldeas; y también a ti volveré a darte prosperidad, 54 pero tendrás que soportar tu humillación y avergonzarte de lo que hiciste, con lo cual tú serás para ellas motivo de consuelo. 55 Y cuando Sodoma y Samaria y sus aldeas vuelvan a ser lo que antes fueron, también tú y tus aldeas volverán a serlo. 56 Tú te burlabas del castigo de tu hermana Sodoma, cuando te sentías tan orgullosa 57 y todavía no se había puesto al descubierto tu maldad; pero ahora las ciudades edomitas y filisteas, todas tus vecinas, te insultan; ¡todo el mundo te desprecia! 58 Ahora tienes que soportar el castigo de tus acciones malas y detestables. Yo, el Señor, lo afirmo.

59 »”Yo, el Señor, digo: Te voy a dar tu merecido, pues faltaste a tu juramento y no cumpliste la alianza. 60 Pero yo sí me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras joven, y haré contigo una alianza eterna. 61 Cuando yo te dé como hijas a tu hermana mayor y a tu hermana menor, a pesar de que la alianza no me obliga a ello, tú te acordarás de tu conducta pasada y sentirás vergüenza. 62 Yo renovaré mi alianza contigo, y reconocerás que yo soy el Señor. 63 Tú te acordarás, y sentirás tanta vergüenza y humillación que no volverás a abrir la boca cuando yo te perdone todo lo que has hecho. Yo, el Señor, lo afirmo.”»

La vid y el águila

17 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Tú, hombre, propón al pueblo de Israel una comparación. Diles:

»“Esto dice el Señor:

Un águila enorme llegó al Líbano;
sus alas eran grandes y de mucho alcance,
cubiertas de plumas de muchos colores.
Agarró la punta de un cedro,
cortó la rama más alta
y fue a plantarla en un país de comerciantes,
en una ciudad de mucho comercio.
Luego tomó de la tierra una semilla
y la sembró en un terreno cultivado,
a la orilla de un arroyo,
con agua abundante.
La semilla nació
y se convirtió en una vid frondosa;
y aunque era poca su altura,
dirigió sus ramas hacia el águila,
mientras hundía sus raíces en la tierra.
Se convirtió en una vid;
produjo retoños y echó ramas.
Pero había otra águila enorme,
de grandes alas y abundante plumaje.
Entonces la vid dirigió sus raíces
y tendió sus ramas hacia esta águila,
para que le diera más agua,
lejos del lugar donde estaba plantada.
Sin embargo, estaba plantada en buena tierra,
junto a agua abundante,
donde podía echar ramas y dar fruto
y convertirse en una vid hermosa.”

»Diles, pues, de mi parte:
“Esto dice el Señor:
Esta vid no prosperará.
El águila primera le arrancará las raíces,
y le hará caer los frutos;
con poco esfuerzo y sin mucha gente
la arrancará de raíz,
y se secarán todos sus nuevos retoños.
10 Aunque la trasplanten, no retoñará;
se secará al soplar sobre ella el viento del este;
se secará en el lugar donde debía retoñar.”»

11 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 12 «Pregunta a este pueblo rebelde si saben lo que significa esta comparación. Diles: “El rey de Babilonia vino a Jerusalén e hizo prisioneros al rey de Judá y a sus funcionarios, y se los llevó con él a Babilonia. 13 Luego tomó a un príncipe de la familia real e hizo un pacto con él, obligándolo a jurarle fidelidad, y se llevó a la gente importante del país 14 para que Judá fuera un reino débil, incapaz de levantarse, aunque dispuesto a cumplir ese pacto y a mantenerlo en vigor. 15 Pero este príncipe se rebeló contra el rey de Babilonia y envió embajadores a Egipto para pedir caballos y hombres en gran cantidad. ¿Creen ustedes que después de eso podrá tener éxito y escapar con vida? ¿Puede escapar con vida quien no cumple un pacto? 16 Yo, el Señor, juro por mi vida que morirá en Babilonia el que se burló del juramento y no cumplió el pacto que hizo con el rey que lo puso en el trono. 17 Cuando el rey de Babilonia lo ataque, y construya rampas y muros alrededor de la ciudad, y mate a mucha gente, el faraón no enviará en su ayuda un poderoso ejército ni gran cantidad de gente, 18 pues él se burló del juramento y no cumplió el pacto; se había comprometido y, sin embargo, ha hecho todo esto. Por eso no podrá escapar con vida.

19 »”Yo, el Señor, lo juro por mi vida: él se burló del juramento que me hizo, y no cumplió la alianza que había hecho conmigo; por eso yo le voy a pedir cuentas. 20 Voy a echar sobre él mis redes, y lo atraparé en ellas; lo llevaré a Babilonia, y allá lo someteré a juicio por haberme sido infiel. 21 Sus mejores soldados morirán en batalla, y los que queden con vida serán esparcidos a los cuatro vientos. Entonces reconocerán ustedes que yo, el Señor, he hablado.

22 »”Yo, el Señor, digo: También yo voy a tomar la punta más alta del cedro; arrancaré un retoño tierno de la rama más alta, y yo mismo lo plantaré en un monte muy elevado, 23 en el monte más alto de Israel. Echará ramas, dará fruto y se convertirá en un cedro magnífico. Animales de toda clase vivirán debajo de él, y aves de toda especie anidarán a la sombra de sus ramas. 24 Y todos los árboles del campo sabrán que yo soy el Señor. Yo derribo el árbol orgulloso y hago crecer el árbol pequeño. Yo seco el árbol verde y hago reverdecer el árbol seco. Yo, el Señor, lo digo y lo cumplo.”»

Responsabilidad personal

18 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «¿Por qué en Israel no deja de repetirse aquel refrán que dice: “Los padres comen uvas agrias y a los hijos se les destemplan los dientes”? Yo, el Señor, juro por mi vida que nunca volverán ustedes a repetir este refrán en Israel. A mí me pertenece todo ser humano, lo mismo el padre que el hijo. Aquel que peque, morirá.

»El hombre recto es el que hace lo que es justo y recto: no participa en los banquetes que se celebran en las colinas para honrar a los ídolos, ni pone su confianza en los falsos dioses de Israel; no le quita la mujer a su prójimo, ni se une con su propia mujer cuando ella está en su período de menstruación; no oprime a nadie, sino que devuelve a su deudor lo que había recibido de él en prenda; no roba a nadie; comparte su pan con el hambriento y da ropa al desnudo; no presta dinero con usura ni exige intereses; no causa daño a nadie; es justo cuando juzga un pleito entre dos personas; actúa de acuerdo con mis leyes y cumple fielmente mis mandamientos. Ese hombre es verdaderamente recto, y por lo tanto vivirá. Yo, el Señor, lo afirmo.

10 »Pero si este hombre tiene un hijo violento y asesino, que hace cualquiera de esas cosas 11 que su padre no hacía, es decir, que participa en los banquetes que se celebran en las colinas para honrar a los ídolos, que le quita la mujer a su prójimo, 12 que oprime al pobre y al necesitado, que roba a los demás, que no devuelve a sus deudores lo que había recibido de ellos en prenda, que pone su confianza en los falsos dioses y hace cosas que yo detesto, 13 que presta dinero con usura y exige intereses: ese hombre no podrá vivir. Después de haber hecho todas esas cosas que yo detesto, morirá sin remedio, y él mismo será responsable de su muerte.

14 »Puede ser que este hombre, a su vez, tenga un hijo que vea todos los pecados cometidos por su padre, pero que no siga su ejemplo; 15 es decir, que no participe en los banquetes que se celebran en las colinas para honrar a los ídolos, ni ponga su confianza en los falsos dioses de Israel; que no le quite la mujer a su prójimo 16 ni oprima a nadie; que no exija nada en prenda cuando le pidan prestado; que no robe a nadie, sino que comparta su pan con el hambriento y dé ropa al desnudo; 17 que no haga daño a nadie ni preste dinero con usura o intereses; y que cumpla mis leyes y actúe según mis mandatos: ese hombre no morirá por los pecados de su padre. Ciertamente vivirá.

18 »Su padre, que fue opresor, y cometió robos, e hizo lo malo en medio de su pueblo, morirá en castigo de sus propios pecados. 19 Ustedes preguntarán: “¿Por qué no paga el hijo también por los pecados del padre?” Pues porque el hijo hizo lo que es recto y justo, y cumplió y puso en práctica todas mis leyes: por eso ciertamente vivirá. 20 Sólo aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del hijo. El justo recibirá el premio a su justicia; y el malvado, el castigo a su maldad.

El Señor actúa con justicia(A)

21 »Y si el malvado se aparta de todos los pecados que cometía, y cumple todas mis leyes y hace lo que es recto y justo, ciertamente vivirá y no morirá. 22 Yo no volveré a acordarme de todo lo malo que hizo, y él vivirá por hacer lo que es recto. 23 Yo no quiero que el malvado muera, sino que cambie de conducta y viva. Yo, el Señor, lo afirmo.

24 »Pero si el justo deja de actuar rectamente, y hace todo lo malo y detestable que hace el malvado, ¿piensan ustedes que habrá de seguir viviendo? Yo no volveré a acordarme de todo lo bueno que haya hecho: morirá por culpa de su infidelidad y de sus pecados. 25 Ustedes dirán que yo no estoy actuando con justicia; pero escucha, pueblo de Israel, ¿piensan ustedes que yo no estoy actuando bien? ¿No será más bien lo contrario, que son ustedes los que están actuando mal? 26 Si el justo deja de hacer lo bueno y hace lo malo, morirá por culpa de sus malas acciones. 27 Por el contrario, si el malvado se aparta de su maldad y hace lo que es recto y justo, salvará su vida. 28 Si abre los ojos y se aparta de todas las maldades que había hecho, ciertamente vivirá y no morirá.

29 »Pero el pueblo de Israel dirá que yo no actúo con justicia. ¿Que yo no actúo con justicia? ¿No será más bien el pueblo de Israel el que no actúa con justicia? 30 Yo los juzgo a cada uno de ustedes, israelitas, de acuerdo con sus acciones. Yo, el Señor, lo afirmo. Abandonen de una vez por todas sus maldades, para que no se hagan culpables de su propia ruina. 31 Apártense de todas las maldades que han cometido contra mí, y háganse de un corazón y un espíritu nuevos. ¿Por qué habrás de morir, pueblo de Israel, 32 si yo no quiero que nadie muera? Apártense del mal y vivirán. Yo, el Señor, lo afirmo.

Lamento por los reyes de Israel

19 »Y tú, hombre, dedica este canto fúnebre a los reyes de Israel:

»“Tu madre era una leona
que vivía entre leones.
Hizo su guarida entre ellos,
y allí crió a sus cachorros.
A uno especialmente lo hizo crecer
hasta su pleno desarrollo.
Aprendió a desgarrar la presa,
y devoraba hombres.
Las naciones oyeron hablar de él;
lo apresaron en una trampa,
y con ganchos lo arrastraron
hasta el país de Egipto.
Al ver la leona que su esperanza
quedaba frustrada por completo,
tomó otro de sus cachorros
y lo ayudó a desarrollarse.
Hecho ya todo un león,
iba y venía entre los leones.
Aprendió a desgarrar la presa,
y devoraba hombres.
Hacía destrozos en los palacios
y arruinaba las ciudades;
con sus rugidos
hacía temblar a todo el mundo.
Entonces levantaron contra él
a los pueblos de las provincias vecinas;
le tendieron sus redes
y lo hicieron caer en la trampa.
Con ganchos lo encerraron en una jaula
y se lo llevaron al rey de Babilonia;
allí lo metieron preso,
para que nadie volviera a oír sus rugidos
en las montañas de Israel.

10 »”Tu madre parecía una vid
plantada junto al agua,
fecunda y frondosa
gracias a la abundancia de riego.
11 Sus ramas se hicieron tan fuertes
que llegaron a ser cetros de reyes,
y tanto creció
que llegó hasta las nubes.
Se destacaba por su altura
y por sus ramas frondosas.
12 Pero la arrancaron con furia
y la echaron al suelo.
El viento del oriente la secó
y se le cayeron las uvas;
se secaron sus fuertes ramas
y las echaron al fuego.
13 Ahora está plantada en el desierto,
en tierra seca y sedienta.
14 De sus ramas sale un fuego
que devora sus retoños y sus frutos.
Ya no le quedan ramas fuertes
que lleguen a ser cetros de reyes.”»

(Éste es un canto fúnebre, y como canto fúnebre será usado.)

Jerusalén no vale nada

15 Dios también me dijo:

«Hombre mortal,
si fueras a sacar madera,
no la sacarías de una vid.
Su tronco no sirve
para hacer muebles,
ni para colgar nada.
Sólo sirve como leña;
en cuanto se queman sus puntas,
y el centro se hace carbón,
¡ya no sirve para nada!
Y si no es buena como leña,
¡mucho menos como carbón!

»Por eso yo les digo:
Los habitantes de Jerusalén
son como esa leña;
¡sirven sólo para avivar el fuego!
Yo pelearé contra ellos,
y aunque se escapen de un fuego,
otro fuego los consumirá.
Cuando yo me enfrente a ellos,
reconocerán que yo soy su Dios.
Puesto que fueron infieles,
yo convertiré su país en desierto.
Yo soy el Dios de Israel,
y cumpliré mi palabra».

Jerusalén es como una esposa infiel

16 Dios también me dijo:

2-3 «Ezequiel, hombre mortal, habla con los habitantes de Jerusalén y hazles entender que me repugna su conducta. Dales de mi parte el siguiente mensaje:

“La ciudad de Jerusalén fue fundada en Canaán. Antes fue habitada por los amorreos y los hititas. ¡Desde sus inicios es una ciudad malvada! 4-5 Cuando la fundaron, fue como una niña abandonada al nacer. Nadie se interesó por ella, ni la cuidó ni le cortó el ombligo. Nadie la bañó, ni la frotó con sal, ni la envolvió en pañales. Al contrario, la abandonaron como si fuera basura.

”Yo pasaba por ahí y la vi en el suelo, revolcándose en su propia sangre. Parecía una niña abandonada. Pensé que merecía una oportunidad, y la ayudé a crecer. La ciudad creció; fue como ver a la niña convertirse en una joven muy hermosa. Le crecieron los pechos, y le salió el vello de mujer. Aun así, estaba totalmente desnuda.

8-9 ”Tiempo después volví a pasar, y vi que la ciudad ya había crecido bastante. Era como una jovencita convertida en mujer lista para casarse. La puse entonces bajo mi cuidado, y me comprometí a amarla para siempre, como si ella fuera mi mujer y yo su marido. La bañé, la limpié y la perfumé. Les juro que así fue. 10-13 Luego le puse un vestido de pura seda y finos bordados, y le puse calzado en sus pies. Así de amoroso fui con Jerusalén. Y no sólo la alimenté bien, sino que la llené de grandes riquezas, como quien le regala a su novia brazaletes, collares, anillos, aretes, y una lujosa corona. Era la ciudad más hermosa de todas; ¡parecía una reina! 14 De tal manera traté a Jerusalén, que la hice famosa. Todo el mundo la consideraba una belleza perfecta. Les juro que así fue.

15 ”Pero esta ciudad se sintió orgullosa de sí misma. Llegó a confiar sólo en su belleza y en su fama, y acabó como cualquier otra ciudad despreciable, pues adoró a cuanto ídolo quiso. 16 Con las mismas riquezas que le di se fue a los cerros, y allí adoró a esos ídolos. ¡Nunca antes se había visto algo semejante! 17 Con las joyas de oro y de plata que le regalé, hizo figuras de hombres, y las adoró; 18-19 las vistió con finos vestidos y les rindió culto. Los ricos ungüentos y perfumes, y hasta los mejores alimentos que le di, los usó para adorar falsos dioses. Les juro que así fue.

20-21 ”Pero no le bastó con portarse como una ciudad cualquiera. Sus habitantes tomaron a sus hijos y a sus hijas, y los quemaron como ofrenda en honor de esos ídolos. 22 Esta ciudad cayó tan bajo en sus prácticas repugnantes que parecía una prostituta. Me traicionó con cualquiera, y se olvidó que fui yo quien la aceptó cuando todos la despreciaron. En aquel tiempo parecía un bebé abandonado en el suelo, revolcándose en su propia sangre.

23 ”¡Jerusalén, qué lástima me das! ¡Yo soy quien te lo dice! Para colmo de todos tus males, 24-26 en las plazas y en las esquinas de las calles los israelitas construyeron altares para adorar cuanto ídolo quisieron. Se hicieron amigos de los egipcios, y juntos adoraron a sus ídolos, creyendo que podían más que yo. Realmente me hicieron enojar. ¡Jerusalén, has perdido toda tu belleza! 27 Por eso te castigué. Por eso permití que perdieras parte de tu territorio. Por eso te dejé caer en manos de los filisteos, tus enemigos de siempre, ¡y hasta ellos se avergonzaron de tu mal comportamiento!

28 ”Siempre buscaste la amistad de los asirios, y tus habitantes adoraron a sus dioses, pero no quedaron satisfechos y siguieron buscando amigos con quienes adorar a otros dioses. 29 Luego adoraron a los dioses de Babilonia, ¡y ni así quedaron satisfechos! 30 ¡Tus habitantes no tienen cura! ¡Eres más desvergonzada que una prostituta! Te juro que así es.

31-33 ”¡Jerusalén, te comportas como una mujer que engaña a su esposo! ¡Me engañaste! En realidad, te has portado peor que una prostituta. Porque la prostituta cobra por tener relaciones sexuales con alguien; tú, en cambio, cuando adoras a otros ídolos, lo haces a cambio de nada, más bien eres tú quien lo da todo. Obligas a la gente a venir de todas partes, para adorar juntos a los ídolos en los altares que construiste en las plazas y las esquinas. 34 Y como ya nadie quiere venir, ni te da nada a cambio, eres tú quien les paga para que vengan. ¡Sólo en eso eres diferente a una prostituta!

35-36 ”Por lo tanto, ciudad infiel, presta atención a lo que voy a decirte: Como no te dio vergüenza adorar descaradamente a los ídolos de otras naciones, y como les ofreciste la sangre de tus hijos, 37 voy a reunir a todas esas naciones, y delante de todas ellas te humillaré.

38 ”Te voy a juzgar como a una prostituta y asesina. Es tanto mi enojo que te condenaré a morir, 39 y serán esas naciones amigas tuyas las que cumplan la sentencia. Ellas derribarán todos los altares que hiciste para adorar a sus ídolos. Te quitarán tus joyas, te arrancarán tus riquezas y te dejarán en la pobreza. 40 Luego, esas naciones le dirán a la gente que te acuchille y te mate a pedradas, 41 y que les prenda fuego a tus casas. Así cumplirán tus amigas la sentencia contra ti, delante de muchas otras naciones. Sólo así dejarás de portarte como una prostituta, y ya no les darás tus riquezas a los ídolos de esas naciones. 42 Una vez que se me pase el enojo, y que se hayan calmado mis celos por ti, volveré a estar tranquilo. 43 Pero yo te castigaré, porque has sido una ingrata. Tú, Jerusalén, te olvidaste de todo lo que hice por ti cuando no eras una ciudad importante. Me hiciste enojar con tus acciones tan repugnantes. Te juro que así es.

44 ”La gente dirá que en ti se cumple el dicho: ‘De tal madre, tal hija’, 45 pues eres igual que tus fundadores, los hititas y los amorreos. Ellos tampoco fueron fieles a sus fundadores, y nunca se preocuparon por sus descendientes. Tampoco a tus ciudades hermanas les importaban mucho sus fundadores y sus descendientes. 46-48 Tu hermana mayor es la ciudad de Samaria, que está al norte, y sus descendientes son los pueblos que la rodean. Tu hermana menor es la ciudad de Sodoma, que está al sur, y sus descendientes son también los pueblos que la rodean. Pero ni ella ni sus pueblos se portaron como tú y tus pueblos, porque tú empezaste por seguir su mal ejemplo y cometer sus mismas maldades, pero acabaste siendo peor que ella. Te juro que así es.

49 ”Sodoma y sus pueblos pecaron por creer que tenían demasiado, pues les sobraba comida y vivían sin preocupaciones; también pecaron porque nunca ayudaron a los pobres y necesitados. 50 Era tanto su orgullo que delante de mí cometían maldades repugnantes. Por eso las destruí, y tú lo sabes. 51-55 Pero ni Samaria ni sus pueblos llegaron a pecar como tú. Comparadas contigo, tus dos hermanas resultan dos blancas palomitas. ¡Así de graves son tus repugnantes acciones! Por todo eso, ahora tú tendrás que sufrir la vergüenza, y tu castigo será la humillación.

”Sin embargo, tu castigo les servirá de consuelo a Sodoma y a Samaria, y a sus pueblos, pues yo haré que ellas vuelvan a ser lo que antes fueron, ¡y lo mismo haré contigo y con tus pueblos! 56 Hubo un tiempo en que te burlabas de tu hermana Sodoma; ¡tan orgullosa eras! 57 Pero ahora son los pueblos edomitas los que se burlan de ti, junto con los filisteos y todos los pueblos vecinos, pues ya todo el mundo conoce tu maldad. 58 Ahora tienes que sufrir las consecuencias de tus repugnantes maldades. Te juro que así será.

59 ”Y también quiero decirte que te voy a castigar por no cumplir con tu parte de nuestro compromiso. 60-63 Sin embargo, yo sí cumpliré mi compromiso contigo, lo mismo que las promesas que te hice cuando aún no eras una ciudad importante. ¡Jerusalén, mi amor por ti será siempre el mismo! Así reconocerás que yo soy tu Dios.

»Yo haré también que Samaria y Sodoma lleguen a ser tuyas, aun cuando esto no formaba parte de mi compromiso contigo. Cuando yo te haya perdonado por completo, te acordarás de todos los pecados que cometiste. Y te sentirás tan avergonzada y humillada, que no volverás a abrir la boca. Te juro que así lo haré”».

La vid y las dos águilas

17 Dios también me dijo:

2-4 «Habla con los israelitas y ponlos a pensar en esta comparación, a ver si la entienden:

“Había un águila muy grande,
de anchas alas y coloridas plumas.
Esa águila fue al monte Líbano
y de la punta de un árbol
cortó la rama más alta.
Luego fue a un país de comerciantes,
y allí plantó la rama.
De ese país tomó una semilla,
y fue a sembrarla en buena tierra.
La plantó junto a un río,
como se plantan los sauces.

”Y la semilla creció,
y se convirtió en una vid.
Esa vid no era muy alta,
pero tenía muchas ramas.
Y cuando la vid maduró,
extendió sus ramas hacia el águila
y hundió sus raíces en el suelo.
7-8 La vid estaba sembrada
en buena tierra,
y junto a un río caudaloso;
pudo haber sido una vid hermosa,
cargada de ramas y de uvas,
pero llegó otra águila más grande,
de anchas alas y coloridas plumas,
y la vid extendió sus ramas hacia ella,
para que le diera más agua todavía”.

»Diles, por tanto, de mi parte:

“¿Creen que tendrá éxito la vid?
¡Claro que no!
El águila la arrancará del suelo,
le quitará todas las uvas,
y dejará que se marchite.
¡Para hacerlo no hace falta
mucha gente ni mucho esfuerzo!
10 Si la plantan en otro lugar,
no volverá a retoñar;
al golpearla el viento del este,
se marchitará por completo
y morirá donde fue plantada”».

11 Dios también me dijo:

12-14 «Pregúntale a esta gente rebelde si sabe lo que significa la comparación. Si no lo sabe, explícale que, cuando el rey de Babilonia vino a Jerusalén, hizo prisioneros al rey de Judá y a sus principales jefes, y se los llevó a su país. Sin embargo, hizo un trato con uno de ellos, que era de la familia del rey, y lo hizo jurar que no lo traicionaría. Mediante ese trato, el rey de Babilonia esperaba que los de Judá no se rebelaran, sino que cumplieran fielmente el pacto.

15 »Pero aquel jefe de Judá se rebeló contra el rey de Babilonia, y le pidió ayuda a los egipcios, y ellos le enviaron caballos y un gran ejército. Ahora bien, ¿ustedes creen que quien hace un trato y no lo cumple puede escapar con vida? 16-18 ¡Claro que no! Yo soy el Dios de Israel, y les juro que ese jefe de Judá morirá en Babilonia. Y morirá porque no supo cumplir su palabra, ¡porque no respetó el trato que hizo con el rey que lo dejó seguir reinando!

»Cuando los babilonios ataquen a Jerusalén, y construyan rampas y escaleras para conquistar la ciudad, y maten a mucha gente, de nada le servirá el gran ejército que le mandó el rey de Egipto. ¡Ni siquiera ese jefe saldrá con vida!

19 »Yo soy el Dios de Israel, y les juro que castigaré a ese jefe de Judá. Lo castigaré por no haber respetado el trato que hizo, faltando así a su palabra. 20 Lo atraparé con mis redes por haberse burlado de mí; lo llevaré preso a Babilonia, y allí le haré un juicio. 21 Aun sus mejores soldados morirán en la guerra, y los que logren salvarse serán dispersados por toda la tierra. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel, y que cumplo mi palabra.

22 »Yo, el Dios de Israel, afirmo:

“Yo también cortaré una rama
de la punta del árbol más alto,
y la plantaré sobre un alto monte,
23 ¡sobre el monte más alto de Israel!
Y le crecerán muchas ramas,
y se llenará de frutos,
y llegará a ser un gran árbol.
Bajo la sombra de sus ramas
pondrán su nido las aves,
24 y todos los árboles del bosque
reconocerán que yo soy Dios.
Yo echo abajo a los árboles altos,
y hago que se sequen;
pero hago crecer a los árboles pequeños,
y hago que reverdezca el árbol seco.

”Yo, el Dios de Israel, lo afirmo”».

El que peque, morirá

18 Dios también me dijo:

«Los israelitas repiten a todas horas ese refrán que dice: “Los padres la hacen, y los hijos la pagan”. Pero yo me pregunto por qué lo repiten. Porque yo les aseguro que ese refrán no volverá a repetirse en Israel. La vida de todo ser humano me pertenece, tanto la de los padres como la de los hijos. Sólo morirá aquel que peque.

Cualidades del justo

»La persona que es justa sabe lo que es justo, y lo hace.

»No se junta con los que van a los pequeños templos de las montañas, ni adora a dioses falsos, ni pone en ellos su confianza.

»No sostiene relaciones sexuales con la mujer de otro hombre.

»No tiene relaciones sexuales con su esposa cuando ella tiene su período de menstruación.

»No es injusta con nadie, sino que devuelve a su deudor lo que recibió en garantía de pago.

»No le roba a nadie, sino que comparte su pan con el que tiene hambre, y su ropa con el que está desnudo.

»No cobra intereses cuando presta su dinero.

»No le hace daño a nadie.

»No tiene favoritos cuando tiene que juzgar en un pleito entre dos personas.

»Esa persona vivirá porque es justa y porque obedece fielmente todos mis mandamientos. Les juro que así será.

Defectos del pecador

10 »Pero puede suceder que esa persona justa tenga un hijo violento y asesino que, en vez de seguir el ejemplo de su padre, 11 se junta con los que van a los pequeños templos y adoran a los dioses falsos; sostiene relaciones sexuales con la mujer de otro hombre; 12 maltrata a los pobres y les roba a los demás; no le devuelve a su deudor lo que recibió en garantía de pago; adora a dioses falsos y comete pecados repugnantes, 13 y cobra intereses muy altos cuando presta dinero.

»Pues bien, esa persona no puede seguir viviendo, pues ha cometido acciones repugnantes. Yo les aseguro que esa persona morirá, y que sólo ella será culpable de su muerte.

A cada quien su merecido

14 »Supongamos ahora que ese malvado tiene un hijo que no sigue el mal ejemplo de su padre. Aunque sabe que su padre es un pecador, él, por su parte, 15 no se junta con los que van a los pequeños templos en los cerros, ni adora a dioses falsos, ni pone en ellos su confianza.

»No sostiene relaciones sexuales con la mujer de otro hombre.

16 »No maltrata a nadie, sino que le devuelve a su deudor lo que recibió en garantía de pago.

»No le roba a nadie, sino que comparte su pan con el que tiene hambre, y su ropa con el que está desnudo.

17 »Se aparta de la maldad, y no cobra intereses cuando presta su dinero.

»Esa persona no merece morir por culpa de los pecados de su padre. Al contrario, merece vivir, pues vive obedeciendo fielmente todos mis mandamientos. 18 En cambio, su padre morirá por culpa de sus propios pecados, pues es un malvado, un ladrón y un malhechor.

19 »Tal vez ustedes me pregunten: “¿Y por qué no es castigado el hijo por los pecados del padre?” Y yo contesto: “Porque el hijo llevó una vida recta y justa, y obedeció todos mis mandamientos. Ese hijo merece vivir. 20 Ni el hijo tiene que ser castigado por los pecados del padre, ni el padre tiene que ser castigado por los pecados del hijo. Sólo morirá la persona que peque. Quien haga lo bueno recibirá lo que merecen sus buenas acciones; quien haga lo malo recibirá lo que merece su maldad”.

Esperanza y peligro

21 »Sin embargo, puede ser que el malvado se arrepienta de todos los pecados que cometía, y se aparte de la maldad. Pues yo les aseguro que si realmente obedece todos mis mandamientos, y vive una vida recta y justa, no morirá. 22 Al contrario, vivirá por causa de su rectitud, y yo no volveré a acordarme de todos los pecados que cometió. 23 Les doy mi palabra: yo no quiero que la gente malvada muera; más bien, quiero que se aparte de la maldad y viva.

24 »Pero si la persona justa deja de hacer lo bueno y comienza a comportarse como un malvado, y hace cosas malas y repugnantes, no esperen que yo la deje seguir viviendo. Al contrario, no tomaré en cuenta sus buenas acciones, y morirá por culpa de sus pecados y por desobedecerme.

25 »Ustedes me critican y piensan que soy injusto. Pero escúchenme bien, israelitas, y respóndanme: ¿De veras soy injusto? ¿No será, más bien, que son ustedes los injustos?

26 »Si una persona justa deja de serlo, y comienza a hacer lo malo, morirá por culpa de su maldad. 27-28 Por el contrario, si una persona malvada deja de hacer lo malo, y comienza a hacer lo que es recto y justo, yo les aseguro que vivirá, si es que reconoce su maldad y se aparta de ella.

29 »Sin embargo, ustedes los israelitas no dejan de criticarme y siguen pensando que soy injusto. Pues yo insisto en mi pregunta: ¿De veras soy injusto? ¿No será, más bien, que son ustedes los injustos?

30 »Israelitas, yo juzgo a cada uno de ustedes de acuerdo con su conducta. Yo soy el Dios de Israel, y les aseguro que si dejan de portarse mal y se apartan de sus maldades, no sufrirán las consecuencias de sus pecados. 31 Arrojen a la basura todas las maldades que cometieron contra mí. Vuelvan a amarme de todo corazón, y busquen recibir nueva vida. ¡Ustedes, israelitas, no tienen por qué morir! 32 ¡Yo no quiero que mueran! ¡Apártense de la maldad, y vivirán! Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra.

Lamento por los jefes de Israel

19 »Pero tú, dedica a los jefes de Israel este lamento:

“Israel era como una leona:
vivía entre los leones
y cuidaba de sus cachorros.
Uno de ellos fue Joacaz,
y ella lo vio crecer
hasta convertirse en un león;
y el que antes fue cachorro
aprendió a devorar gente.

”Las naciones oyeron hablar de él,
le pusieron una trampa y lo atraparon;
le pusieron un gancho en la nariz,
y se lo llevaron a Egipto.

”Israel perdió toda esperanza
de volver a ver a su cachorro;
crió entonces a Joaquín,
otro de sus cachorros,
hasta convertirlo en león.
Y este león andaba entre leones,
muy seguro de sí mismo,
y aprendió a devorar gente.
Hacía destrozos en los palacios
y dejaba en ruinas las ciudades;
con sus feroces rugidos
hacía temblar a todo el mundo.

”Las naciones vecinas se juntaron
con la intención de apresarlo;
le tendieron una trampa,
y Joaquín cayó en ella.
Le pusieron un gancho en la nariz,
y se lo llevaron al rey de Babilonia.
Lo encerraron en una jaula,
y no volvieron a oírse sus rugidos
en las montañas de Israel.

Lamento por Jerusalén

10 ”Israelitas,
nuestra nación parecía una vid
en medio de un viñedo;
estaba plantada junto al agua,
y era tanta el agua que tenía
que estaba llena de uvas y ramas.
11 Era la más alta de las vides;
podía verse por encima
de otros árboles.
Sus ramas eran tan fuertes
que con ellas se hacían
los cetros para los reyes.
¡Tanto se extendían sus ramas
que todo mundo podía verla!

12 ”Pero el viento del este la marchitó,
y todas sus uvas se cayeron.
Ella misma fue arrancada con furia
y arrojada por el suelo.
Sus fuertes ramas se secaron,
y el fuego acabó con ellas.
13 Ahora está sembrada en el desierto,
y no recibe gota de agua.
14 De sus ramas brota fuego,
y ese fuego consume sus frutos.
¡Ya no tiene ramas fuertes
para hacer cetros de reyes!

”Éste es un lamento, y se usará como canto de luto”».