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La vanidad de hacer votos

Cuando vayas a la casa de Dios, vigila tus pasos; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

Porque de la mucha preocupación vienen los sueños; y de la multitud de las palabras, la voz del necio.

Cuando haces a Dios una promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.

Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.

No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue inadvertencia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios.

La vanidad de la vida

Si ves en alguna provincia opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.

Además, el provecho de la tierra es para todos si el rey mismo está al servicio del campo.

10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.

11 Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué provecho, pues, sacará su dueño, sino verlos como un espectáculo para sus ojos?

12 Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la hartura.

13 Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;

14 las cuales se pierden en un mal negocio, y al hijo que engendraron, nada le queda en la mano.

15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada saca de su trabajo para llevárselo consigo.

16 Éste también es un gran mal, que como vino, así se ha de ir. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano?

17 Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria.

18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de vida que Dios le ha dado; porque ésta es su parte.

19 A todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.

20 Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llena de alegría el corazón.

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