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Advertencias finales

13 Esta será la tercera vez que los visite. Las Escrituras dicen que «en todo asunto debe haber dos o tres testigos». La última vez que estuve allá les advertí a los que andaban en pecado, y ahora les advierto a ellos y a los demás, que en esta ocasión voy dispuesto a castigarlos. Les presentaré las pruebas que desean tener de que Cristo habla a través de mí. Cristo no anda con debilidades al tratarlos a ustedes; al contrario, los trata con vigor. Su débil cuerpo humano murió en la cruz, pero ahora vive por el poder de Dios. Nosotros también, al igual que él lo era, somos débiles; pero ahora, unidos a él, vivimos y tenemos el poder de Dios para tratar con ustedes.

Examínense para ver si siguen teniendo fe en el Señor. ¡Pónganse a prueba a ver si la pasan! ¿Se echa de ver que Cristo está en ustedes? Espero que sepan que nosotros ya hemos pasado el examen. Oramos que lleven vidas puras, no para que quede demostrado que tuve éxito, sino para que vivan como se debe vivir, aunque parezca que nosotros hemos fracasado; pues sólo podemos hacer lo que está a favor de la verdad y no lo que está en contra de ella. Por eso nos alegramos cuando nosotros somos débiles, con tal de que ustedes sean fuertes. Nuestra oración es que Dios los restaure en todo.

10 Les he escrito esta carta con la esperanza de que cuando los visite no tenga que ser duro y usar mi autoridad. Quiero emplear la autoridad que me confirió el Señor para ayudarlos a madurar y no para destruirlos.

Saludos finales

11 Concluyo con estas palabras: Estén contentos, busquen su restauración, consuélense, vivan en paz y armonía, y el Dios de amor y paz estará con ustedes.

12 Salúdense unos a otros con un beso santo. 13 Todos los hermanos les mandan saludos.

14 Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.