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Votos de las mujeres

30 Moisés convocó a todos los jefes de las tribus y les dijo:

«El Señor ha ordenado que cualquiera que le haga una promesa, ya sea de hacer algo o de dejar de hacer algo, deberá cumplirla fielmente. La persona que hace el voto deberá hacer exactamente lo que ha prometido.

»Mas si una mujer soltera que vive en casa de su padre promete al Señor que hará o no hará algo, y su padre oye que ha hecho un voto y no dice nada, el voto de ella será válido. Pero si el padre se niega a darle el permiso para hacer el voto, entonces la promesa quedará automáticamente anulada. Y así el Señor la liberará porque su padre no quiere que ella lo haga.

»Si se casa cuando todavía está ligada por un voto; y su marido se entera y no le dice nada, el voto será válido. Pero si al enterarse el marido se niega a aceptarlo, su desacuerdo anula el voto y el Señor la libertará.

»Pero si la mujer es viuda o divorciada, ella deberá cumplir el voto.

10 »Si se ha casado y vive en casa de su marido cuando hace el voto, 11 y su marido se entera de él, y nada dice, el voto será válido. 12 Pero si él se niega a permitirlo en el primer día en que se entera del voto, el voto de ella quedará nulo y el Señor la perdonará. 13 De modo que el marido podrá confirmar o anular el voto, 14 pero si él no dice nada durante el día significa que lo ha aprobado. 15 Si espera más de un día y luego se niega a reconocer el voto, las obligaciones del voto recaerán sobre él y él será responsable».

16 Estos pues, son los mandamientos que el Señor dio a Moisés acerca de las relaciones entre un hombre y su esposa, y entre un padre y su hija que vive en su casa.