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Juicio sobre Jerusalén y Judá

El Señor Todopoderoso les cortará a Jerusalén y a Judá la fuente de agua y alimentos, y matará a sus dirigentes; destruirá sus ejércitos, jueces, profetas, ancianos, oficiales militares, comerciantes, abogados, magos y políticos. Los reyes de Israel serán como niñitos y gobernarán infantilmente. Y reinará la peor de las anarquías: cada cual pisoteará a su prójimo, el vecino luchará contra su vecino, los jóvenes se rebelarán contra la autoridad, los delincuentes se reirán de las personas honorables.

En aquellos días un hombre dirá a su hermano: «Tú tienes ropa de más; reina pues sobre nosotros y encárgate de este desorden».

«¡No!», responderá aquél. «¡Nada puedo hacer! No tengo ni comida ni ropa de sobra. ¡No me metas en esto!».

La administración civil de Israel estará en completa ruina porque los judíos han hablado contra su Señor y no quieren adorarlo, ofenden su gloria. Hasta la mirada de sus rostros los traiciona y pone de manifiesto su culpa. Y se vanaglorian de que su pecado es igual al pecado de Sodoma. ¡Ni vergüenza les da! ¡Qué catástrofe! Se han acarreado su propia condenación.

10 Pero todo le saldrá bien al justo. Díganle: «¡Qué hermosa recompensa te espera!». 11 Pero al malvado díganle: «Tu condenación es segura. También tú recibirás la paga que mereces. Ya viene el castigo que te has ganado».

12 ¡Oh pueblo mío! ¿Acaso no ves qué necios gobernantes tienes? ¡Débiles como mujeres, necios como chicuelos jugando a que son reyes! ¿Dirigentes? ¡No; guías ineptos! Por senda florida los llevan a la destrucción.

13 ¡Se levanta el Señor! Es el gran fiscal que presenta la acusación contra su pueblo. 14 Los primeros que caerán bajo su ira serán los consejeros y los príncipes, porque han defraudado a los pobres. Han llenado sus graneros con el trigo robado a los indefensos campesinos.

15 «¿Cómo se atreven a moler a mi pueblo así en el polvo?», les dirá el Señor Todopoderoso.

16 Luego juzgará a las altivas mujeres judías, que orgullosas pasan contoneándose con sus pulseras tintineantes en los tobillos, con ojos lascivos que recorren la multitud para atraerse la mirada de los hombres. 17 ¡Tiña les va a mandar el Señor como adorno a sus cabezas! El Señor exhibirá la desnudez de ellas a los ojos de todos. 18 No se oirá más el orgulloso tintineo al paso de ellas, porque el Señor las desnudará de su belleza artificiosa y sus adornos, 19 de sus collares, pulseras y velos de sedoso tul. 20 Se acabaron las chalinas y las cadenas para los tobillos, las cintas para el cabello, los aretes y los perfumes, 21 los anillos y las joyas, 22 los vestidos de fiesta, las batas de casa, los sombreritos, las peinetas y los bolsos, 23 los espejos, la linda ropa interior, los hermosos vestidos y velos. 24 En vez de exhalar dulce perfume, tendrán pestilencia; en vez de cinturón usarán cuerdas; el bien cuidado cabello se les caerá; vestirán saco en lugar de vestidos. Toda su belleza se esfumará; les quedará únicamente vergüenza y deshonor. 25-26 Sus maridos morirán en batalla y ellas, desoladas, se sentarán en tierra llorando.