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Importancia de la salvación anunciada

Por esta causa debemos prestar mucha más atención al mensaje que hemos oído, para que no nos apartemos del camino. Los mandamientos que Dios dio en otros tiempos por medio de los ángeles, tenían fuerza de ley, y quienes pecaron y los desobedecieron fueron castigados justamente. ¿Cómo, pues, escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Pues el mismo Señor fue quien anunció primero esta salvación, la cual después confirmaron entre nosotros los que oyeron ese mensaje. Además, Dios la ha confirmado con señales, maravillas y muchos milagros, y por medio del Espíritu Santo, que nos ha dado de diferentes maneras, conforme a su voluntad.

Jesús, semejante a sus hermanos

Dios no ha puesto bajo la autoridad de los ángeles ese mundo futuro del cual estamos hablando. Al contrario, en un lugar de la Escritura alguien declara:

«¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano?
¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él?
Por un poco de tiempo lo hiciste algo menor que los ángeles,
pero lo coronaste de gloria y honor;
todo lo sujetaste debajo de sus pies.»

Así que, al sujetarlo todo debajo de sus pies, Dios no dejó nada sin sujetarlo a él. Sin embargo, todavía no vemos que todo le esté sujeto. Pero vemos que Jesús, a quien Dios hizo algo menor que los ángeles por un poco de tiempo, está coronado de gloria y honor, a causa de la muerte que sufrió. Dios, en su amor, quiso que experimentara la muerte para bien de todos.

10 Todas las cosas existen para Dios y por la acción de Dios, que quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria. Por eso, Dios, por medio del sufrimiento, tenía que hacer perfecto a Jesucristo, el Salvador de ellos. 11 Porque todos son del mismo Padre: tanto los consagrados como el que los consagra. Por esta razón, el Hijo de Dios no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 al decir en la Escritura:

«Hablaré de ti a mis hermanos,
y te cantaré himnos en medio de la congregación.»

13 También dice:

«En él pondré mi esperanza.»

Y otra vez dice:

«Aquí estoy, con los hijos que Dios me dio.»

14 Así como los hijos de una familia son de la misma carne y sangre, así también Jesús fue de carne y sangre humanas, para derrotar con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo. 15 De esta manera ha dado libertad a todos los que por miedo a la muerte viven como esclavos durante toda la vida. 16 Pues ciertamente no vino para ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. 17 Y para eso tenía que hacerse igual en todo a sus hermanos, para llegar a ser Sumo sacerdote, fiel y compasivo en su servicio a Dios, y para obtener el perdón de los pecados de los hombres por medio del sacrificio. 18 Y como él mismo sufrió y fue puesto a prueba, ahora puede ayudar a los que también son puestos a prueba.

La salvación es importante

Por eso debemos poner más interés en el mensaje de salvación que hemos oído, para no apartarnos del camino que Dios nos señala. Si el mensaje que anunciaron los ángeles resultó ser verdad, y quienes no lo obedecieron recibieron el castigo que merecían, con más razón seremos castigados nosotros si no reconocemos el gran valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el Señor Jesús mismo fue el primero en comunicar el mensaje de salvación, y después, los que oyeron ese mensaje nos demostraron que era verdad. Dios también nos lo demostró por medio de muchas señales y de acciones maravillosas, y también con milagros. Además, cuando lo hizo, les dio el Espíritu Santo a quienes él se lo quiso dar.

Jesús nos salva

Dios no ha puesto a los ángeles como jefes del mundo[a] en que vamos a vivir en el futuro. En ese mundo el jefe será otro. Pues la Biblia dice:

«Dios, ¿qué somos los mortales
para que pienses en nosotros
y nos tomes en cuenta?

»¡Nos creaste casi iguales
a los ángeles!
Nos trataste como a reyes;
nos diste plena autoridad
sobre todo lo que hiciste;
nos diste dominio
sobre toda tu creación».[b]

Y si Dios le dio «dominio sobre toda la creación», eso quiere decir que nada de lo creado queda fuera de su gobierno. Claro, todavía no vemos que él gobierne sobre todas las cosas. Pero Dios nos ama y envió a Jesús a morir para salvarnos. Por eso, aunque Dios permitió que, por algún tiempo, Jesús fuera menos importante que los ángeles, ahora Jesús ha recibido gloria y honor.

10 Dios hizo todas las cosas para él mismo, y quiere que su gloria la compartan todos los que lo aman y obedecen. Para eso, Dios tenía que hacer perfecto a Jesucristo y dejarlo morir, pues Jesucristo es el Salvador de ellos. 11 Todos los que aman y obedecen a Dios son sus hijos, y Dios es padre de todos ellos. Y como Jesús también es Hijo de Dios, no se avergüenza de tratarlos como hermanos, 12 pues él le dijo a Dios:

«Cuando mi pueblo se junte
para adorarte en el templo,
yo les hablaré de ti,
y te cantaré alabanzas.»

13 También dice:

«Confiaré en Dios.»

Y añade:

«Aquí estoy, con los hijos
que Dios me ha dado.»

14 Nosotros somos seres de carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros. Sólo así podía morir para vencer al diablo, que tenía poder para matar a hombres y a mujeres. 15 Con su muerte, Jesús dio libertad a los que se pasaban la vida con miedo a la muerte. 16 Queda claro que Jesús no vino para ayudar a los ángeles, sino a todos los descendientes de Abraham. 17 Para poder ayudarlos, tenía que hacerse igual a ellos. Por eso Jesús es un Jefe de sacerdotes en quien se puede confiar, pues está lleno de amor para servir a Dios. Además, por medio de su muerte, Jesús logró que Dios nos perdonara nuestros pecados. 18 Y como Jesús mismo sufrió, y el diablo le puso trampas para hacerlo pecar, ahora, cuando el diablo nos pone trampas, Jesús puede ayudarnos a todos.

Footnotes

  1. Hebreos 2:5 Mundo: Después del fin de este mundo viviremos en un mundo diferente, en el que Cristo reinará.
  2. Hebreos 2:8 Este pasaje es una cita del salmo 8.4-6. Aunque ese salmo se refiere al ser humano, el autor de Hebreos lo refiere a Cristo.